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lunes, 24 de septiembre de 2012

La Manzana y La Habitación


Holly abrió la puerta de su habitación, se encontraba cansada después de un duro día de trabajo y lo único que necesitaba era descansar un poco antes de comer. Pero le iba ser imposible, ya que él se encontraba sentado en el sofá que estaba en un lado de la habitación que Holly poseía en ese piso, estaba otra vez con traje, con la manzana en una de las manos, a la que le faltaban dos trozos, lanzándosela y cogiéndola al vuelo, y en la otra mano tenía una agenda digital. Holly la reconoció enseguida, era la suya y lo sabía porque en la funda tenía una pegatina de un corazón.

-                     ¡Devuélvemela! - le ordeno ella. Pero el no quiso.

-                      Interesante, me parece muy interesante lo que escribes aquí - ella empezaba a cabrearse.

-                      Lo que escribo aquí no es te tu incumbencia - ella le quito la agenda digital de la mano y la apago - Como vuelvas a leerlo te enteras, seré capaz de hacerte mucho daño, no me pruebes.

-                      Me gusta cuando te enfadas, estas sexy - ella le miro extrañada, ¿se encontraba sexy cuando se enfadaba? Lo dudaba, aunque si él lo decía le alagaba - ven.

Ella se acerco a él y se sentó en su regazo, le tenía muy cerca, estaba contemplando como respiraba mientras el contemplaba a Hoy como le miraba sonriente.

-                      Sabes que siempre te querré - ella se acerco a él y ambos se fundieron en un cálido y merecido beso.

-                      Yo también te querré siempre, incluso más que ahora - el sonrió, ella era genial, no podía creer que estuviera con él, no entendía como Holly era así de especial, nunca lo entendería. Pero aun así le daba igual no entenderlo, le encantaba que Holly le quisiera como él o incluso más.

Ella empezó a besarle el cuello, necesitaba adrenalina y eso que estaba un poco cansada. Le quito la chaqueta del traje, la camisa le quedaba muy bien. El de camisa estaba genial y sobre todo guapo. Él le quito a ella la chaqueta que todavía no había tenido tiempo de quitarse. Miro como le quedaba el vestido azul.

-                     Estás preciosa con este vestido - ella le dio las gracias. Nunca se había encontrado tan bien con alguien y ahora estaba con él no podía creérselo.

-                     Y tú estás arrebatador con esa camisa.

Ambos se miraron, Holly necesitaba dormir, pero por otro lado no quería echarle de la habitación, fue cerrando los ojos hasta apoyar su frente contra la de él.

-                     Se nota que estas cansada - ella le asintió - vamos a la cama cariño, necesitas descansar.

-                     No, quiero sentirte y si me duermo no podre sentirte - ella se quejo.

-                      Me quedare a tu lado todo el rato, así podrás dormir tranquila - ella acepto, no quería que se fuera de la habitación, le quería con ella a toda costa, quería dormirse con él a su lado - te despertare cuando comamos - ella acepto, no podía creerse que él se quedara a su lado mirando como dormía y leyendo un libro, uno en papel.

Se acostaron, ella se había puesto algo más cómodo para poder descansar y el mientras había cogido el libro que pensaba leer. Se quito los zapatos y se acostó en la cama de matrimonio que ella tenía con sabanas en un azul cielo y una colcha en diferentes tonos. Ella se acostó, se apoyo en el pecho de él y enseguida tapadita se quedó dormida, estaba muy cansada y se notaba. El contemplo como respiraba, era una respiración suave y rítmica. Allí se encontraba a gusto, Holly era genial, era tan perfecta que no quería perderla en la vida.

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